El coste de la energía eléctrica no hace más que elevarse con variaciones que superan ya el 40% en la mayoría de ciudades españolas. Esto se traduce en un impacto considerable en el presupuesto familiar. La situación económica en la que se encuentra sumergido el territorio desde hace ya varios años no ayuda a asumir con facilidad esos cambios, pues la proporción entre los aumentos de precios en consumibles y los sueldos, no es -ni mucho menos- equitativa. El año pasado, un estudio realizado en base a este hecho reveló que el recibo de luz mensual de un hogar español equivalía a casi el 10% del salario interprofesional. Por ese motivo, se ha hecho imperante encontrar maneras que, en la medida de lo posible, nos ayuden a ahorrar en la factura eléctrica.
Hoy, en esta nueva entrada, os vamos a ofrecer algunos consejos que os permitan, precisamente, hallar la manera de aplicar pequeños trucos en casa para reducir ese consumo y pagar menos a final de mes, aplicando rutinas sencillas, que podéis poner en práctica.
Conoce el consumo de cada artículo
Para encontrarle la lógica al gasto que hacemos en la factura de la luz y poder ahorrar en ella, un aspecto fundamental es conocer cual es el consumo promedio de los aparatos eléctricos que usamos en casa. Una forma de saberlo es echándole un vistazo a los manuales, las etiquetas o realizando una sencilla búsqueda en Internet donde la mayoría de fabricantes, e incluso consumidores, aportan información.
Para ponerlo fácil ahora, haciendo un promedio rápido, se conoce que aproximadamente un 50% del consumo de energía lo concentran los métodos de calefacción, el 20% les corresponde a los electrodomésticos, la cocina, alrededor de un 10%; la iluminación un 5% y la aparatología que permanece en stand by un 3%.
Consejos para reducir el consumo de electricidad
En casa, en el trabajo… cualquier espacio puede aplicar las siguientes sencillas y rápidas acciones que le permitan esa rebaja ansiada en la factura de la electricidad.
- Una recomendación general es revisar las tarifas y planes de consumo eléctrico que más nos favorezcan. A veces no son sólo los pasos que damos, sino junto a quien lo hacemos y olvidamos que existen -en el mercado- muchas posibilidades.
- Reemplazar las bombillas tradicionales y halógenos por bombillas de bajo consumo o LED. Son una inversión a largo plazo, pues si bien su coste es superior, el valor de su vida útil lo compensar.
- Aprovechar siempre el máximo de horas de luz natural. No bajéis persianas ni cerréis las cortinas antes de tiempo.
- Encender las luces necesarias. O dicho del mismo modo, apagar las innecesarias. Crear conciencia de este gesto en vuestra familia y apagar todas las fuentes que no se estén utilizando repercute, notoriamente, en ese 20% del que hablábamos antes.
- Prácticas que, a priori, nada tienen que ver con la luz. Ahorrar en agua. Eso se explica porque usando agua fría, en lugar de agua caliente, no se ejerce -ni se consume- potencia para calentarla y eso ayuda a reducir la factura anual. Las duchas, las lavadoras, cocinar… Todo lo que podamos llevar a cabo consumiendo agua más fresca, mejor.
- Mantener la temperatura del espacio. Esto colabora a un menor consumo de electricidad por parte de los métodos de calefacción y refrigeración. Para disfrutar de un ambiente agradable debemos situar el termostato de la calefacción entre los 19 y 21°C, mientras que el aire acondicionado puede programarse entre 23 y 25°C. Aprovechar las ventajas que, en ese sentido nos ofrecen elementos decorativos como las alfombras o las cortinas, también juega a nuestro favor.
- Si todavía usáis electrodomésticos antiguos por no pagar uno nuevo, os garantizamos que amortizáis poco ese pensamiento, puesto que el gasto en productos más eficientes se ve recompensado en muy poco tiempo.
- Hablando de electrodomésticos, aseguraros, por muy nuevos que sean, de garantizarles un mantenimiento óptimo. De este modo alargaréis su vida útil y evitaréis que deban realizar un sobreesfuerzo para ejercer su función, algo que supone, evidentemente, un mayor consumo. Y ya que estáis puestos, apagad todos los aparatos en stand by. Hemos visto que suponen un 3% fácilmente ahorrable en la factura de la luz.
- Y para los que queráis certificar un ahorro completo, sólo os queda invertir en mejorar vuestro hogar en detalles como el aislamiento de éste, evitando, por ejemplo, que el calor en invierno se escape y, por tanto, debamos gastar más en calefacción; o, sustituyendo instalaciones viejas, como las puertas y ventanas.
Reducir el gasto en la factura final de la luz no es tan complicado. Si bien estos simples pasos no evitarán que todavía su precio nos parezca excesivo, sí lograrán que ahorremos suficiente para darnos cuenta de forma inmediata, tanto a nivel energético como económico. Un paso saludable para nosotros mismos y para el propio planeta.