En un mundo con muchas urgencias, cada vez es más importante la concienciación social ante dicha problemática. Los cambios antinaturales establecidos por el ser humano para poder desarrollar su particular modus vivendi han afectado de tal manera al planeta, que éste empieza a mostrar síntomas de su disconformidad con nuestra forma de vida. La Tierra nos advierte de nuestros excesos con aquello que le pertenece y, por ello, ahora nos toca devolverle un poco de empatía si queremos seguir “explotándola”. El punto de inflexión lo marca el ámbito natural y ecológico, donde hay que mediar para que la tierra respire. Tras deforestaciones y ocupaciones terrenales -casi infinitas- ahora llega el momento de “replantar” todo lo que le hemos quitado a la naturaleza para que ésta no se consuma y siga brindándonos todo lo que puede llegar a ofrecernos. Y de esa escasez de conciencia ecológica surgen, como base de la construcción, los edificios verdes. Una gestión energética sostenible y una optimización del consumo, además de proporcionar comodidad y seguridad a sus usuarios, en nuestros hogares.
Es vital entender la necesidad de compensar el daño que hacemos al planeta con medidas que no lo castiguen sobremanera (claro está que, dejar de hacerlo, no lo haremos porque hay demasiados intereses, de muchos tipos, de por medio).
¿Qué es un edificio verde?
Un edificio verde es una construcción sostenible que vela por disminuir, en la medida de lo posible, el impacto negativo que pueda tener en el medio ambiente, cumpliendo, además, con ciertos elementos característicos:
– Reducir el consumo energético.
– Utilizar materiales naturales sostenibles.
– Mejorar el confort del edificio (climatización, iluminación, domótica, etc.). Además de verdes, podríamos hablar de edificios inteligentes.
– Optimizar los sistemas de control y seguridad del edificio.
– Apostar por la eficiencia energética.
La propia legislación de muchos gobiernos que promueven este concepto a la hora de construir nuevas edificaciones, exige que éstos vayan encaminados a sentar las bases de hogares que se erijan sobre sólidos pilares como el consumo responsable y ecológico, el ahorro energético y la utilización de fuentes de energía renovables, entre otros aspectos.
Una mayor concienciación ecológica y la implicación de las administraciones públicas para promover su proliferación, son claves en el desarrollo de estos edificios sostenibles, cada vez más frecuentes, y que deben acabar imponiéndose en un futuro no muy lejano a las construcciones tradicionales. El objetivo principal debe velar por la propagación de estos edificios eficientes, de manera que se conviertan en una realidad sostenible más pronto que tarde, cumpliendo así, también, con los objetivos climáticos mundiales que abogan por la eficiencia energética universal en 2050.
Las ventajas de los edificios verdes
Aunque su avance sigue siendo lento, la verdad es que son muchos los beneficios que se pueden obtener a partir de la construcción de edificios verdes. Por todos ellos, hay que incentivar su proliferación y seguir luchando para garantizar la construcción de estas edificaciones:
Ejemplos de algunos edificios verdes en nuestro país
En España hay alrededor de unos treinta edificios que cumplen con las exigencias de la normativa y disfrutan de la certificación de ser considerados edificios verdes. Entre ellos, que no son muchos, hay cinco que destacan por encima del resto por haber alcanzado la más alta consideración ecológica.
Empresa textil que obtuvo la certificación en 2017 gracias a su sistema de gestión del agua y de consumo eficiente de energía. Reciclan y separan los residuos, así como cuentan con una gran zona verde en la zona exterior del recinto.
Es el local más grande del mundo de la firma de moda catalana. Su mayor aporte sostenible es que ha mejorado la eficacia energética en sus más de 3.000m2 de superficie.
Consiguió la distinción gracias a la implantación de medidas para reducir el consumo eléctrico con iluminación LED y un sistema de aprovechamiento lumínico mediante láminas de control solar en los vidrios.
Obtuvo la calificación como edificio verde en 2016. En su diseño se utilizaron materiales sostenibles.
Complejo residencial de unas ochenta viviendas que cuentan con ventajas en su construcción tales como: fachada ventilada, doble aislamiento y cristalería de alta eficiencia. Con ello, sus propietarios reducen los costes energéticos en climatización, calefacción y agua caliente.
Esperemos que pronto podamos seguir ampliando esta lista y los edificios verdes ganen protagonismo, para sentar las bases necesarias de un futuro sostenible donde cada pequeño paso es de vital importancia.