Siempre involucrados con las energías renovables, además de todo aquello que inmiscuye nuestros servicios, no podíamos dejar de hacernos eco en nuestro blog de este movimiento que ha tenido que promover una joven heroína sueca de 16 años llamada Greta Thumberg. Hablamos de ella y de “Youth For Climate” que lleva meses poniendo en pie a la juventud mundial para promover un sencillo lema con un mensaje claro y directo acerca del cambio climático: “si el sistema no puede cambiar el clima, cambiemos el sistema”.
Con su contundente intervención en la última Cumbre del Clima el pasado mes de marzo, donde tachó a los políticos actuales de ser “los mayores villanos de todos los tiempos”, quienes dejan a su paso un legado que se convertirá en “el mayor fracaso de la historia de la humanidad”; Greta es hoy la viva imagen del cambio climático y un razón más para confiar en la fe que debemos tener en nuestras generaciones futuras las cuales, parece, van a luchar por salvar el planeta que hoy les dejamos. ¡Y qué planeta!
¿Dónde nos encontramos?
Sinceramente, debe preocuparnos la situación y tenemos que dar gracias a esta niña por aparecer cuando menos lo esperábamos, pero, ciertamente, cuando más lo necesitábamos.
El cambio es urgente. O empezamos a reducir al máximo nuestro consumo energético y usamos las energías renovables que tenemos al alcance para cubrir ese consumo, o deberemos atender a las consecuencias que se derivarán de esa nefasta gestión. Y lo peor de todo, llegado el momento, asumir la culpabilidad de ella y ver, con nuestros propios ojos, como hemos destruido un mundo que nos regalaron y que, ya no nosotros, sino nuestros hijos y nietos, no podrán disfrutar.
El actual nivel de consumo que se está dando en países desarrollados no se podrá mantener mucho más tiempo, y que los países en desarrollo pretendan copiarlo para mejorar sus condiciones (algo sumamente lógico) causa un choque de trenes sin precedentes.
¿Cuál es el consumo energético en nuestro país?
De acuerdo con los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el consumo final por habitante era de 20.418 kWh, una cantidad superior al consumo medio de ¡dos viviendas!
Preocupante es que, además, en 2017 solamente el 34% de la electricidad generada fue renovable y aumentó un poco en 2018 (40%). Según datos del IDAE son las viviendas quienes tienen una mayor penetración en el uso de energías renovables, principalmente con solar térmica y biomasa: un 30%. Ese dato alberga esperanza, pero el esfuerzo para alcanzar el 100%, a día de hoy, parece inalcanzable en las próximas décadas. No hablemos a nivel estatal de infraestructuras e industria, porque ahí el reto es aún mayor.
El sistema eléctrico español
Actualmente, tenemos un sistema eléctrico centralizado privado -poco transparente- controlado por grandes empresas del oligopolio que garantizan un servicio “eficaz”, el cual ha sabido integrar un 40% de generación renovable, pero con un coste creciente.
Los objetivos renovables preestablecidos para el año 2030 prevén cuantiosas inversiones en seguir promoviendo esa incisión en las energías renovables, las cuales devengan un importante motor económico y una fuente de creación de empleo en el país. Pero, ¿alcanzaremos esa cima? ¿Lograremos sobreponernos a la situación actual y enfrentarla para que comencemos a dar los pasos meritorios cuanto antes?
¿Qué podemos hacer?
Por el momento, lo primero y más importante es admirar la valentía de Greta y aprender a escuchar sus palabras, pues son las de personas que hoy, sin ser grandes eminencias, ya se dan cuenta de que o se promueve un cambio, o todo se irá al traste. Todos y cada uno de nosotros debemos hacer nuestro su discurso y entender si queremos, realmente, seguir manteniendo algo que nos han prestado para que podamos vivir o, por el contrario, queremos abandonarlo a su suerte y a la de los que vengan detrás.
Como se suele decir “querer es poder”, por ello, tenemos todo a favor para salir adelante y solamente falta la voluntad política (porque nuestra fuerza ya existe) para que esta situación tome forma y avancemos hacía la sostenibilidad que necesitamos si queremos seguir disfrutando de lo que se nos ha brindado la oportunidad de hacerlo.