Cuando hablamos de fuentes que son un recurso útil como medio para generar energía, pensamos en las principales (y más explotadas): energía eólica, energía solar y energía hidráulica. Hemos ido compartiendo con vosotros novedades referentes a este tema y a nuevos e ingeniosos métodos para obtenerla. Hoy, en este nuevo artículo en nuestro blog, Ainfar S.L., queremos hablar del mar y de la increíble fuente de energía renovable, abundante, continua e inagotable, que es. Por ello, conviene tener en cuenta su potencial de aprovechamiento y pensar en comenzar a darle más notoriedad para su oportuna explotación.
La energía mareomotriz, así es como se llama, es una de estas fuentes energéticas alternativas, junto a las ya conocidas, con un potencial energético global que, en la actualidad, aboga por cubrir la demanda de necesidades energéticas globales, con un proyecto innovador. Como decíamos, de esta forma, seguimos contribuyendo a lograr aprovechar recursos naturales -algunos poco desarrollados- y velamos por la sostenibilidad ecológica.
Qué es la energía mareomotriz
Podemos denominarla así, o referirnos a ella, también, como energía de las mareas. Este tipo de energía es aquella que se obtiene aprovechando las masas de agua y las corrientes producidas entre la pleamar y la abaja mar. Para sacar partido de estos fenómenos naturales, lógicamente, son necesarias las plantas mareomotrices (del mismo modo que para la energía solar precisamos de plantas fotovoltaicas, o en la energía hidráulica se construyen presas) las cuales, a través de un sistema de alternadores, aprovechan esos movimientos marinos para generar electricidad.
A continuación, repasaremos algunas de las ventajas y desventajas más destacadas de la energía mareomotriz para entender por qué debemos tenerla presente, pero también, podamos valorar los pros y contras en favor de otros tipos de generación de energía, mediante otras fuentes.
La energía mareomotriz surge gracias a los campos gravitatorios de la Luna y el Sol, combinados con la rotación terrestre sobre su eje, que ocasiona marea altas y bajas.
Mucho han sido estudiados estos fenómenos para comprender el funcionamiento de la Tierra, de ahí que podamos predecir cuándo va a haber mareas altas, o bajas, y calcular la gestión de los distintos ciclos para construir los sistemas oportunos.
La gran densidad del agua, comparada con la de otras fuentes (es 1.000 veces más densa que el aire, por ejemplo) hace posible generar electricidad a baja velocidad.
No hay muchas, y como comentábamos antes, la energía mareomotriz todavía debe explotarse mucho para alcanzar los niveles de las energías más populares, pero de todo lo que sí podemos saber de las plantas existentes, su fiabilidad y eficacia están más que garantizadas. En Francia, la planta mareomotriz de La Rance lleva en funcionamiento desde 1966, ofreciendo una producción de electricidad en grandes cantidades.
Como es un tipo de explotación poco extendida, se desconoce cuál sería el impacto real de la proliferación de plantas y centrales para obtener energía del mar. ¿Tendría efectos negativos en el ecosistema? ¿Se verían afectados sobremanera los hábitats de los fondos marinos (flora y fauna)? ¿Existen consecuencias para la salinidad y la calidad del agua?
Las centrales mareomotrices deben ser construidas cerca de tierra firme, lugar donde se dan las diferencias más marcadas causadas por las mareas, que son imprescindibles para generar este tipo de energía, necesitada de grandes desniveles o fuertes corrientes. Esto, claramente, comportaría la modificación del paisaje costero, provocando un fuerte impacto visual, así como la ocupación de zonas cercanas a la costa.
Ir por detrás en I+D y ser una apuesta nueva, implica devenir menos competitiva frente al resto de tecnologías que llevan años siendo establecidas y potenciadas. Obviamente, la energía resultante, a día de hoy, sería significativamente más cara que la obtenida en centrales nucleares, térmicas y de otras fuentes de energía renovables, que tienen un recorrido mucho más amplio y se les han destinado muchos esfuerzos, en los últimos tiempos, para lograr obtener el máximo de oportunidades.
El desarrollo de esta tecnología renovable en nuestro país es todavía primario. En Guipúzcoa tenemos uno de los pocos ejemplos, concretamente, en la planta de Mutriku, donde aplican el uso de la potencia del mar para producir energía. En este caso, desarrollan la energía a partir de las olas (energía undimotriz); otra forma de sacar partido a los recursos que nos ofrece el mar, pero que no hay que confundir con la energía de las mareas o mareomotriz, de la que ya os hemos contado un poco y, seguro, dará que hablar en los próximos años.