La energía renovable en auge

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Llevamos varios meses de agitación entorno al fomento de la energía comunitaria y el autoconsumo renovable en todos los países de la Unión Europea. Es una realidad que, la llegada del año 2050, fecha clave en el calendario sostenible, aunque aún pueda parecer lejana, es cada vez más cercana. No hay que esperar tanto. Ya hay planes específicos y objetivos a consolidar en los próximos decenios: 2030 y 2040. La pregunta que todos se hacen: ¿lo lograremos?

Las últimas modificaciones y avances en las legislaciones vigentes, aprobadas a principios de este mismo año, se han mantenido firmes para plantear un marco legislativo muy favorable de modo que el autoconsumo energético, tanto a nivel individual como colectivo, así como los proyectos comunitarios de energías renovables, sean viables y cómodos de poner en práctica para fomentar ese cambio tan necesario que necesita nuestro planeta.

Crear empleos verdes, ahorrar energía y promocionar la energía renovable

Con ejemplos en toda Europa, nuestro país es uno de los que debe comenzar a potenciar las ventajas que promueve esta legislación europea, la cual ayuda a eliminar las barreras existentes por parte de la participación ciudadana y comunitaria, permitiéndoles una fácil adopción de las energías renovables; un derecho reconocido por la máxima entidad continental a la hora de instalar, consumir, producir, vender, almacenar e intercambiar energías de este tipo.

A este proyecto se le pueden atribuir muchos beneficios que ayudarán a crear nuevos empleos verdes, promoviendo el potencial existente en el desarrollo local, el ahorro de energía, la reducción de la pobreza energética y el uso de las energías renovables en su totalidad.

Organizaciones internacionales tales como Amigos de la Tierra o Greenpeace ya han pedido a las fuerzas políticas que apuesten decididamente para favorecer la introducción de las energías renovables a la ciudadanía en todas sus modalidades. La transformación energética debe dejar de ser una opción para pasar a lo que realmente pedimos: convertirla en una obligación, tanto estratégica como moral, que favorezca a ciudadanía, administración e industria.

Ahora que esta directiva europea de energías renovables ha sido asumida por múltiples instituciones de la UE, el siguiente paso consiste en que los Estados miembros, como el nuestro, la asuman e incluyan en sus particulares legislaciones, a nivel estatal, para ir de la mano y, unidos, guardar consonancia.

Las consecuencias del cambio climático siguen su particular avance y evolución. Por suerte, parece que el movimiento para frenar esta crisis también suma fuerzas, de vital importancia, como han demostrado las huelgas juveniles (#FridaysForFuture) del movimiento Youth for Climate que se iniciaron a principios de año, de manos de una joven heroína sueca de 16 años llamada Greta Thumberg. Los devastadores efectos del cambio climático hace tiempo que se han hecho un hueco enorme en nuestra sociedad, por eso es necesario que seamos todos quienes participemos en la transición energética hacia un mundo mejor y sostenible, del que puedan seguir disfrutando generaciones futuras.

La ciudadanía nunca ha estado alejada ni desinteresada por este asunto, al contrario, hace años que, como en Ainfar S.L, invertimos en soluciones para generar energía renovable, almacenarla y lograr el ahorro energético que ésta permite, para reducir el consumo. Es imprescindible, pero, que estas opciones crezcan masivamente y que sean los gobiernos quienes, como portavoces y promotores del cambio, contagien ese ímpetu adoptando las medidas oportunas y permitiendo el ejercicio de su puesta en marcha completa.